Consejo Federal Pesquero
Langostino
Impulsa la reformulación de un permiso de pesca que roza el escándalo. De un buque fresquero con 2700 toneladas de langostino terminan saliendo tres permisos con 3200 toneladas de marisco. Gritos y nervios en reunión del Consejo Federal Pesquero.
Mientras los industriales pesqueros siguen minando el camino de Carlos Martinángeli a la sede de SENASA –este jueves en la reunión del Consejo Consultivo del organismo, Mariano Pérez insistirá en la necesidad que otro profesional ocupe la Coordinación de Inocuidad- otros empresarios, los de la estiba, actualizaron servicios acordes al nuevo valor del dólar.
No es lo único que pasa en el puerto y la pesca marplatense. Merlini pareciera que ya tiene los síntomas de parto. Tras 9 meses de estudios parirá “su” proyecto de pliego de licitación para el predio de los silos. La pregunta del millón nadie la contesta: de qué lado queda el uso del muelle 3. De la pesca o de la carga en contenedores.
La interna del SOIP recobra temperatura a una semana de las elecciones con un padrón que se redujo en 4 años casi un 20%. A este ritmo, en el 2030 todos los electores podrán votar en una única urna flotante en la cubierta del Anamora.
Por suerte para todos, el langostino sigue mostrando un nivel de sobreabundancia extraordinario, capaz de sostener las estacas del circo pesquero nacional. Con el marisco superando las 150 mil toneladas desembarcadas en los primeros ocho meses del año y cicatrizadas las heridas que dejó el “José Américo”, el interés de los administrados por entrar a la pesquería recobró impulso.
La semana pasada los integrantes del Consejo Federal Pesquero trataron un polémico pedido de reformulación impulsado por Oscar Fortunato, el empleado de Moscuzza que representa al Poder Ejecutivo en el cuerpo de consejeros.
Polémico porque de un permiso de casi 3 mil toneladas de especies no sometidas al régimen de administración mediante cuotas individuales transferibles de captura (CITC), el eufemismo para designar al Langostino patagónico, la idea de Fortunato es transformarlo en tres permisos: el cedente y dos receptores de esa cuota.
Decir que si prospera el trámite que apura el ex Presidente de CEPA, aumenta el esfuerzo pesquero sobre el marisco es una obviedad. Pero que no sorprende a nadie porque hace mucho que los concejeros perdieron de vista un dato importante: la finitud del recurso. Todos piensan en sus negocios particulares, nadie en el langostino que sostiene malabares tan extraños como este.
El informe que ingresó el 28 de mayo al CFP refiere al pedido de reformulación solicitado a fines del año pasado e incluye al fresquero “Tabeirón 3” y los costeros “Pucará” e “Insólito”.
El “Tabeirón” pertenece a la empresa Quara SA, mide casi 24 metros de eslora con una bodega de 105 m3. Posee 2700 toneladas de especies no cuotificadas al régimen CITC, es decir, langostino.
El pesquero “Insólito” es un barco fresquero de 22,70 metros, con una bodega de 104 m3. Puede pescar todas las especies con exclusión de merluza austral, langostino y aquellas sometidas al régimen CITC.
El “Pucará” es un fresquero de 24,30 metros con una bodega de 118 m3. Su permiso de pesca lo autoriza a pescar 2700 toneladas de especies de variado costero y pelágicas (caballa y anchoíta).
En el pedido de reformulación, el “Tabeirón” resigna una porción de Langostino y solo se queda con 1700 toneladas de especies “no cuotificadas” y de mil toneladas de todas las especies con exclusión de merluza austral, langostino y las sometidas al régimen CITC.
Para el buque “Insólito” solicitaron un permiso de pesca con una autorización de captura anual de 1700 toneladas de todas las especies con exclusión de merluza austral, langostino y aquellas sometidas al régimen CITC, y de 750 toneladas de todas las especies permitidas y no sometidas al régimen de CITC, es decir, Langostino.
Para la embarcación “Pucará”, solicitaron un permiso de pesca con una autorización de captura anual de 1700 toneladas de especies de variado costero y de 750 toneladas de “todas las especies permitidas no sometidas al régimen de CITC. Otro permiso para langostino.
Pasando en limpio, de 2700 toneladas de langostino que tenía el “Tabeirón 3”, de prosperar la iniciativa en el CFP, pasaríamos a tener dos nuevos permisos al marisco, por un total de 3200 toneladas.
“Hace mucho que no veía un mamarracho como este donde nadie resigna nada, nadie da de baja un permiso o reemplaza un barco por otro sino que hacen un tres por uno. pero ya nada me sorprende de esta administración”, confió un viejo asesor que camina los pasillos de la Subsecretaría.
El debate en el seno del Consejo el jueves pasado fue furibundo. Mientras Juan Bosch avisaba que era necesario reformarlo, quitarle uno de los dos receptores para revestirlo de decoro y contaba con el apoyo de Tezanos Pinto, el representante de Buenos Aires, Oscar Fortunato bramaba sin poder encontrar la forma de acomodarse en la silla.
Cacho, como resume el ambiente su nombre y apellido, no estaba dispuesto a ceder ninguna posición. “O el permiso sale tal cual fue planteado o no les voto ninguno más; olvídense de mí”, les dijo al resto del cuerpo, según reprodujo uno de los asistentes tras la reunión. Fortunato sabe dónde lastimar… todas las provincias tienen pedidos de reformulaciones para saltar al paraíso del langostino.
Aquel jueves la sangre no llegó al rio. La propuesta que había generado mayores consensos fue la de reducir a un solo barco el langostino que cede el “Tabeiron 3”.
“Faltó un voto para que saliera por unanimidad”, confió una fuente oficial. El voto de Fortunato, el promotor de la promo de 3×1 para entrar al paraíso patagónico.