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Puerto Mar del Plata
Un relevamiento del Consorcio Portuario muestra que proliferan barcos inactivos en las principales secciones operativas de la terminal portuaria. Puestos en fila suman más de dos mil metros de eslora y acumulan una deuda superior a los 20 millones de pesos.
En el espejo interior del puerto de Mar del Plata no falta espacio sino que sobran barcos inactivos. De acuerdo a un relevamiento que realizó el propio Consorcio Portuario, 53 embarcaciones pesqueras hace al menos un año que no salen a pescar, ocupando muchas áreas vitales para la operatoria propia de la actividad.
Puestas en fila, todas las embarcaciones suman más de 2226 metros con 44 centímetros. En el listado no solo figuran las medidas sino que se especifica la fecha en que cada una quedó inactiva, los días que lleva en esa condición, así como el sector del puerto en que quedó abandonada.
“La deuda aproximada de estas embarcaciones ronda los 17 millones de pesos de capital”, revela Martín Merlini. El presidente del Consorcio asegura que la mitad de la deuda corresponde a los dos barcos que fueron de Alpesca, Cabo Vírgenes y Promarsa. “Jamás se respondió a las requisitorias de la administración portuaria”, dijo Merlini.
Queda claro que el problema de barcos inactivos no se limita a las secciones 4 y 5 donde el Consorcio piensa remover más de una docena de barcos, varios de ellos convertidos en chatarras flotantes o semihundidas, a partir de la convocatoria al chatarrero Lusejo y el convenio con la Armada para utilizar el varadero de la Base Naval como escenario del desguace.
Ahí aparecen, entre otros, el San Pablo, Ribazón Dorine, María Luisa y Mar Azul, que Moscuzza utilizó para el permiso de pesca del José Américo. Ahora traerá su mellizo José Marcelo de 47 metros y el Consorcio le condonó la deuda de este fresquero de 45 metros que dejó abandonado desde noviembre de 2010.
Las secciones 11, 12 y 13, en el muelle 3, próxima al ingreso a las Terminales 2 y 3 del puerto, y aledañas a la galería de los silos, también son un canto a la inactividad con barcos que flotan pero hace mucho no se mueven. En la 11 están el San Antonino y el Sumatra.
Desde el Consorcio ha intimado a algunos armadores para que retiren los buques y otros reciben una tarifa diferencia. Se les aplica la tasa de inactividad después de los 90 días que fluctúa de una a cinco veces el canon por inactividad. Es el margen de maniobra que tiene el Consorcio según la conducta del propietario/armador ante las necesidades y sugerencias de la Gerencia de Operaciones.
La sección 12 particularmente es un cementerio de barcos flotantes. Ahí están el Promarsa y Cabo Vírgenes que casi se hunde el año pasado junto con los 80 metros del Harengus que Pedro Baldino analiza desguazar desde el año pasado, sin avances por el momento.
Comparten espacio con el Santa Ángela, el Chiarpesca 56, el potero Libertad del Mar inactivo desde 2013, el Don Luciano, el recortado Rasmus Effersoe, el Fonseca y el Coral Blanco. Según Merlini, todos esos barcos pagan el canon por el uso del puerto.
Menos mal que quedó desierta la licitación del predio de los silos que incluía parte del muelle 3, porque Merlini habría estado en un problema. O quizás ese también fue el motivo por el que no hubo ofertas. Quién se haría cargo de semejante cantidad de chatarra. “La expectativa es que cuando estuviera activa la Terminal, esos barcos ya estuviesen desguazados o retirados”, dice Merlini.
Debajo de los silos conviven inactivos de hace mucho tiempo con otros de reciente parálisis como los poteros de armadores locales. En la 13 por ejemplo, el Sirius II y Mellino I que no salen hace más de un año, comparten espacio con los poteros Patagonia blues, Arbumasa XXIX, Mishima Maru 8, Dasa 508 y Taisei Maru 8.
Otros armadores parece que tienen más suerte. Moscuzza, por ejemplo, logró tener al Natalia y al Nanina, los dos poteros que ya terminaron la zafra, sobre línea de muelle y primera andana. Casi 70 metros de muelle inactivos hasta enero próximo en la sección 10, a dos pasos del acceso a las Terminales.
“Esos barcos están ahí porque nadie pide el muelle en ese lugar. Si se pide, se otorga para descarga o lo que se necesite. Nadie es dueño de ningún muelle”, aseguró el Presidente del Consorcio.
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