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Tensión en “Puerto Piojo” por división interna en empresa de estibaje

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Se trata de Pequeña Marina. Un grupo de estibadores quiso separarse de la empresa de servicios y buscó la representación de “Producciones”. Al momento de descargar un barco asistieron de los dos sectores y tuvo que intervenir la Prefectura.

Los hechos se produjeron el lunes por la tarde/noche pero recién en las últimas horas salieron a la luz, reconstruidos por distintas fuentes que estuvieron cerca de “Puerto Piojo”, ahí en el muelle 10, al momento de la descarga del pesquero “América”.

Una cuadrilla de la rama del fresco de “Pequeña Marina”, la única empresa de servicios habilitada en el Consorcio Portuario que tiene a los estibadores como empleados bajo relación de dependencia con tareas discontinuas, se separó de la empresa impulsada por su referente, Julio Valdez.

Luego de buscar distintas cooperativas para que los representen y así poder mantener la descarga de los fresqueros que solían descargar, finalmente acuerdan que lo haga “Producciones”, la empresa de servicios que impulsa Carlos Sepúlveda y familia.

Junto a Valdez se fueron casi una docena de estibadores, quienes renunciaron a Pequeña Marina, descontentos por la falta de atención que la empresa ponía en sus clientes del fresco, más alguna liquidación no del todo clara y algunas cuestiones logísticas que no los convencían.

Pero desde “Pequeña Marina”, su referente, Gabriel “El Yankee” Duarte, yerno de Juan Carlos Elguero, fundador de la empresa, no se quedó de brazos cruzados ni aceptó que Valdez y Diego Mécoli, otro de los impulsores de la división, se quedaran con sus barcos del fresco.

“Pequeña Marina” tiene un fuerte peso en la rama del congelado con contratos de servicios con varios poteros que usualmente vienen a descargar al puerto local y es una de las que más trabajo genera para los estibadores eventuales.

Los grupos antagónicos se juntaron en “Puerto Piojo” para hacer la descarga del “América”. “Producciones” llevó su guinche y lo mismo hizo “Pequeña Marina”. Mientras los camiones que recibían la captura no terminaban de decidirse de qué lado ponerse, el resto de los que andaban en ese momento por el muelle miraba de lejos.

Pero a medida que las voces fueron aumentando de tono se fueron acercando. “Que la descarga la hacen los muchachos… que no, me toca a mí que tengo los avales… No, vos no tenés nada que hacer porque los barcos siempre los descargaron ellos…”.  Las acusaciones cruzaban de uno y otro lado mientras abogados y escribanos de “Pequeña Marina” habían sido convocados para labrar actas.

Los de la cuadrilla separatista estaban muy enojados porque Duarte había despedido a sus referentes, Valdez y Mécoli. En “Pequeña Marina” sostenían que, con justa causa por deslealtad comercial, incumplimientos y violencia contra el capataz.

A esa altura ya había entrado el sol y se había hecho de noche. Ya había intervenido el SUPA, las autoridades del Consorcio y la propia Prefectura que envió al grupo antibloqueos para impedir que un incipiente intercambio de golpes se generalice y se contagiaran el resto de los espectadores, más de cincuenta personas.

Es que “Producciones” había llevado algunos de sus asociados para respaldar a sus nuevos compañeros y hacer el aguante si la cosa se ponía espesa. Por suerte reinó el sentido común y de a poco las aguas se fueron calmando.

El veredicto final lo aportó el armador dueño del “América”, quien decidió que la descarga la hiciera “Pequeña Marina” como venía ocurriendo hasta ese momento. Para esto ya eran las diez de la noche y estaba esperando el “Sfida”, amarrado en el muelle Deyacobbi, donde también estaba la misma compulsa por definirse.

Para descomprimir la situación y que todo volviera a su causa, Duarte decidió tomar a los nueve estibadores que habían renunciado como personal eventual y así pudieron trabajar, en tanto se analizará con mayor detenimiento el futuro laboral de Valdez y Mécoli.