Raúl Cereseto analizó la realidad pesquera desde un seminario abierto sobre el mar argentino como fuente de riqueza, promovido por la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
El auditorio del Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata fue el escenario donde el empresario Raúl Matías Cereseto brindó una charla sobre la industria pesquera.
El armador de la flota amarilla de Rawson está sentado solo frente al auditorio delante de una computadora y respaldado por la pantalla donde se lee el título del seminario. “El Mar Argentino como fuente de riqueza: la relevancia económica de la pesca”.
El empresario pesquero chubutense, “director General del Grupo Be Fish”, como lo presentó Eugenio Actis D´Pascuale, miembro de la cátedra de “Estructura económica mundial y argentina”, se preocupa de minimizar movimientos porque, vaya a saberse el motivo, el power point que guiará sus palabras cobra autonomía al menor registro de su actividad corporal.
“No vengo a hablar aquí de certezas sino a compartir incertidumbres”, dijo a modo de introducción y de presentarse en sociedad como parte de la industria desde su rol de armador de pesca y también como divulgador de la actividad, desde las páginas de su primer libro “De Proa al Sur” y de las frecuentes charlas y conferencias a las que lo invitan a participar como referente de un sector que exporta casi 1800 millones de dólares en el último año”, y “sin embargo poco se sabe de él, cuando hemos exportado más pescado que carne hasta no hace mucho”, dirá durante su disertación.
“Diversificar la matriz productiva es algo debemos hacer, pero lamentablemente no podemos”, dijo Cereseto tras contar que la industria pesquera nacional concentra el 80% de sus capturas en solo tres especies: merluza, calamar y langostino.
Siempre defensor de la potencialidad que regala la pesca de anchoa, aún en medio de la puja sindical con el SOMU que mantiene en un cono de incertidumbre la temporada desde el puerto de Rawson, durante su exposición Cereseto reafirmó que “en la actualidad se pesca el 10 por ciento de la captura máxima permisible de anchoa y creo que podríamos llegar a pescar un 30 por ciento de la CMP”
El empresario confesó sus temores de perder la temporada y los riesgos que ello implica para el proceso de certificación que atraviesa la pesquería. “Estamos en el segundo año de la precalificación y sería muy negativo que se viera interrumpido porque no hay pesca”, puntualizó.
Las preguntas del auditorio habilitaron al debate para exponer las diferencias entre los intereses de Mar del Plata y Chubut –“Somos como River y Boca”, dijo el armador sin aclarar cuál era cuál–. La charla también se volcó a la coyuntura que atraviesa el sector pesquero.
“Desde diciembre tenemos casi el mismo tipo de cambio y la inflación en el período fue de casi el 70%. Los precios de lo que pescamos no subieron de igual manera”, dijo el industrial al tiempo que pidió que las discusiones paritarias dejen de ajustarse por inflación porque ni los pescadores ni los frigoríficos exportadores cobran por inflación.
“Toda esta situación ha generado una tormenta perfecta que nos impide trabajar; no hemos podido trabajar y visualizo mucha conflictividad para los próximos meses. No logramos edificar consensos a partir de una enorme inmadurez de ambos sectores: patronal y sindical. Algo habremos hecho mal desde el sector que represento para que los gremios no nos crean. No crean que los números no dan”, sentenció Cereseto.
Por último, el disertante planteó un esquema de jerarquización por especie para la liquidación de salarios y que sea compatible con el precio de la materia prima descargada. Que, dijo, pasa con la tripulación, pero no con la estiba, por ejemplo.