Rawson temporada sin datos. En la temporada de Rawson buena parte de la captura está compuesta por todo el juvenil que en la temporada de Nación se preservó mediante la aplicación de medidas tomadas con base en información científica. También se captura el langostino que protege el Acuerdo del Golfo entre Chubut y Santa Cruz, que sacó a todos los tangoneros de las doce millas. De allí proviene gran parte del Pleoticus muelleri L1 más fresco del mundo, que permitió el desarrollo del pueblo en la última década.
Siendo parte importante de la pesquería, lo que pesca Rawson debe incorporarse a la evaluación del recurso y esto es algo que no merece discusión. Además, se encuentra en curso un proceso de certificación del MSC y esta falta de transparencia podría perjudicarlo, generando una mala puntuación.
Desde hace años el INIDEP viene señalando que lo que necesitan es la información de a bordo, para saber cómo son las concentraciones, los rendimientos y la zona de arrastre. Desde el instituto han indicado que su finalidad es acceder a esa información para poder incorporar, por ejemplo, los índices de CPUE al modelo de evaluación. Pero también para poder trabajar en conjunto.
Con esta información podrían conocerse las características de las concentraciones, las tallas, el potencial reproductivo de las hembras y cuánto pueden llegar a aportar o no a la pesquería. Así como la Nación y Santa Cruz aportan recurso a la temporada de Rawson, Rawson aporta a la Nación lo que deja desovar y lo que deja que termine creciendo fuera de las aguas provinciales.
Pero toda esa información biológica se pierde, a diferencia de lo que sucede en aguas nacionales, cuya avolución se estudia de principio a fin de la temporada.
En Rawson, como es sabido, se pesca sobre una concentración reproductiva, por lo que el número de hembras impregnadas es muy elevado. Que puedan utilizarse esos datos en perjuicio de los pescadores ha sido siempre el argumento de Chubut para retacear la información, según publicó revistapuerto.
Pero más allá de que, a pesar de sus temores, debieran compartirla en un compromiso ético con la sustentabilidad, este temor es infundado. Desde el propio INIDEP han repetido incansablemente que ellos estiman el porcentaje de hembras impregnadas y que a pesar de que saben que es elevado, no ven un peligro para la pesquería en ello y son conscientes del impacto social que genera el recurso en la ciudad.
Este año, a dos meses de comenzada la temporada y llevándose capturadas más de 50 mil toneladas, se procedió al cierre de toda el área por alta presencia de juveniles. Una medida biológica adecuada, dado que los días anteriores al cierre la captura de tallas no comerciales era elevada. Lo mismo hubiera ocurrido en aguas nacionales, pero con una gran diferencia: se hubiera cerrado una zona y se hubieran habilitado otras.
Al carecer de información que permita un seguimiento como ocurre en la jurisdicción nacional, se debió paralizar la actividad y esto podría volver a suceder si no logran dar con concentraciones de adultos en lo que quede de la zafra.
Pese a las ventajas que supondría para el sector contar con datos de la pesquería para poder tener un manejo más ordenado, al hecho de que es un requerimiento para la certificación y también a que genera un bache importante en la información científica, las nuevas autoridades pesqueras de Chubut, al igual que lo hicieron sus antecesores, siguen sin transparentar los datos.
Todavía queda, probablemente, un mes de temporada y se puede intentar cambiar la historia de Rawson. La llave la tiene el Secretario de Pesca; de él depende que el INIDEP tenga el acceso a la información, no solo para robustecer la evaluación a nivel global sino también para poder asesorar a la provincia en la administración del recurso.