Cámaras empresarias, además de sindicatos de la estiba, marineros y maquinistas se oponen al ingreso de «amarradores» al puerto capitalino. Afirman que las características de esos muelles no requieren de tal actividad y que provocará un sobrecosto innecesario a la pesca.
Un pronunciamiento conjunto de sectores empresarios de flotas pesqueras, plantas de procesamiento y servicios de estibajes, con el apoyo de gremios vinculados a la marinería, conductores navales y estibadores, transmitió al gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, una advertencia para que la cartera laboral o pesquera provincial no homologue la incorporación de la figura de “amarradores” dentro de los muelles de Puerto Rawson.
En un escrito dirigido al Poder Ejecutivo al que tuvo acceso Revista Puerto, los representantes de los citados sectores le dicen a Arcioni, que acaba de asumir su segundo mandato al frente de la gobernación provincial, que vienen “a manifestarle nuestra preocupación y rechazo al pseudo sindicato de amarradores que pretende instalarse en el puerto de Rawson».
«Un grupo de personas allegadas al ámbito portuario pretende imponer un cargo extra a los servicios portuarios bajo la denominación de ‘Amarradores de Barcos’, lo que para nosotros constituye un despropósito”, argumentan en sus cuestionamientos.
El planteo lleva la firma del presidente de la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP), Damián Santos; el presidente de la Cámara de la Flota Amarilla de Chubut (CAFACh), Gustavo González; el presidente de la Cámara de Servicios de Estibajes (CASEPEC), Sergio Pantano; el presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales de Puerto Rawson, Claudio Manrique, y los sindicalistas Jorge Maldonado del Siconara, Ramón Vera del SOMU, y el apoderado del SUPA, Gabriel Aguilar.
En forma conjunta lanzan una severa advertencia al señalar que: “agregar nuevos costos superfluos a la estructura actual no producirá otro efecto que poner en riesgo la paz social sectorial que tanto esfuerzo ha costado”.
“El sector pesquero actualmente emplea a miles de trabajadores nucleados en los sindicatos SUPA, SiCoNaRA, Patrones y STIA y presenta una estructura de costos que no resiste nuevos ítems directos o indirectos”, alegan las empresas y los gremios que hacen causa común contra los amarradores.
Por otra parte, enumeran las vicisitudes propias de la delicada economía argentina. En la última medición del INDEC, dada a conocer la semana pasada, el conglomerado Trelew-Rawson volvió a integrar el ránking de las diez zonas del país con la peor tasa de desocupación.
“La complejidad del tipo de cambio del dólar, sumada al aumento de las retenciones y la abrupta caída de los precios internacionales, son algunas de las señales que actualmente mantiene preocupados a quienes trabajamos en este sector”, le reseñaron al gobernador Arcioni al imponerlo de la situación del posible ingreso de amarradores a Puerto Rawson. “Somos defensores de la generación del trabajo, pero este no es el camino, máxime cuando no genera ningún valor agregado a la cadena de valor actual”, insistieron entre sus argumentos.
Finalmente, instan a que no se dé curso institucional a través de la Secretaría de Pesca o la Secretaría de Trabajo al ingreso de otro gremio a la actividad portuaria y pesquera. “Nos ponemos a su entera disposición para abordar este tema con seriedad y responsabilidad y le agradeceremos no habilite la incorporación de los amarradores, en pos de la paz social”, concluyen.