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Rigel: dudas y certezas de un naufragio evitable

El hundimiento del pesquero reavivó los múltiples problemas que contribuyen a que estas tragedias se repitan. Las dudas del operativo rescate y los proyectos que no se activaron para mitigar el dolor de los familiares. Por Roberto Garrone.
A un año del naufragio del “Repunte” –el primer aniversario se cumple este domingo- a ocho días del hundimiento del “Rigel”, cuesta no advertir las falencias que siguen ocurriendo en torno a la flota pesquera que opera sobre el langostino, el rol de los sindicatos que dicen representar a los trabajadores marítimos,  el operativo de búsqueda y rescate que despliega la Prefectura Naval Argentina y la atención que reciben los familiares de los tripulantes desaparecidos.
El pesquero de “Pesca Nueva SA” era el único en su tipo (costero) que navegaba a 220 kilómetros al suroeste de Rawson rumbo a zona de pesca, en medio de un temporal grado 5, con ráfagas de 110 kilómetros por hora y olas de más de 6 metros.
Pero cuando dejó de emitir señal en el radar y Salvador Taliercio de comunicarse por radio con los capitanes de otros barcos que estaban capeando el temporal en Prefectura podrían haber mostrado otros reflejos.
La señal de la radio baliza se activó a la 1.48 de esa madrugada del 9 de junio. Es el aviso tangible que el barco y su tripulación están en riesgo. Pero Daniel Cartagenova, el prefecto Mayor que oficia de vocero de la fuerza en el contacto con los medios y los familiares, reconoció que, por protocolo, deben tratar de confirmar la veracidad de la señal en contacto con capitanes de otros barcos pesqueros que se encuentren en la zona. Eso demora 2 horas.
“A veces la activan por error y es una falsa alarma”, reconoce un oficial de la fuerza ante la consulta de este cronista. Prefectura perdió esas dos horas hasta que activó el operativo de búsqueda y rescate.
A las 4.05 salió el avión hacia la zona de la última señal y llegó 53 minutos después. Los helicópteros llegaron mucho tiempo después cuando, a priori, podrían volar aún en las peores condiciones climáticas.
A más de una semana, “la búsqueda incansable” de Prefectura solo encontró un tambor de aceite y ni siquiera saben exactamente dónde está el casco del “Rigel”. El eco detectado por el sonar de un pesquero en la posición 43º58´S – 62º42W todavía no ha sido confirmada. Es en la misma posición donde se detectó la mancha de hidrocarburos en la mañana en que desapareció.
El Guardacosta Tango, equipado por moderna tecnología y buzos salvamentistas para realizar operativos subacuáticos, apenas pudo hacer un par de maniobras y volver a guarecerse en el golfo Nuevo por la persistencia del mal tiempo.
Por presión de familiares el operativo sumó al “Víctor Angelescu”, el nuevo barco del INIDEP que ya participó de la búsqueda del ARA San Juan a fines del año pasado y cuenta con un equipo de mejor prestación que el “Tango”.
Por qué no apelaron al buque científico antes que al Guardacosta, cuando cuenta con mejores equipos y lo tenían más cerca (uno zarpó del puerto de Buenos Aires y el otro de Necochea) es uno de los interrogantes que todavía no tienen respuesta.
Por qué Cartagenova les mintió a los familiares que exigían la presencia de un buzo en la reunión del martes en la sede de Prefectura es otro. “Esta en una emergencia en la draga”, dijo el Prefecto. Pero el capitán de la draga 259 C Mendoza, Gustavo Gavilán, dijo que ese martes no habían tenido ninguna emergencia y mucho menos, la necesidad de subir a un buzo a bordo. Otras fuentes reconocieron al buzo dentro del auditorio que esa noche escuchó las flojas respuestas del Comité de Crisis a los familiares, muchos desbordados por la angustia y el dolor.
Padres, hermanos, esposas, madres querían saber cómo funcionaba el Tango y si había posibilidades que, en el hipotético caso que ese objeto detectado sea el casco del pesquero, se pudiera bajar y rescatar a los tripulantes que pudieran haber quedado atrapados en el buque.
“Tenemos que aprender del Rigel”, dijo Emilio Renda en una entrevista que publicó el viernes el portal “Revista Puerto”. Indignación, bronca e impotencia le produjo a Gabriela Sánchez, hermana del capitán del Repunte, cuyo cuerpo aún se encuentra desaparecido, leer las declaraciones del Secretario de Protección Civil del Ministerio de Seguridad.
“A dos meses del naufragio del barco de mi hermano nos reunimos con el ministro Burzaco y participó este señor. Le dejamos la carpeta con el proyecto para crear el Centro de Asistencia, para que nadie más tenga que pasar lo que vivimos nosotros. No hicieron nada…volvió a pasar y las familias no tuvieron ninguna contención”, dice Gabriela.
El equipo de psicólogos recién apareció 72 horas después. Vestidos con chalecos blancos que decían “Grupo de apoyo psicológico en emergencias y desastres” intervienen con un vaso de agua  cuando alguno de los familiares lo desbordaba la angustia. Lo hacen de manera ad honorem porque el proyecto planteado por las familias del “Repunte” todavía no fue creado.
Durante un año los familiares del pesquero de Caputo marcharon casi en absoluta soledad. Ayer fueron los del “Rigel” los que reclamaron frente a Prefectura que prosigan la búsqueda. Los naufragios se suman por docenas en los últimos años: 44 desde el 2000 que dejaron como saldo 96 víctimas fatales.
Nadie cambia los protocolos de búsqueda y rescate, apura un proyecto de ley de caducidad de la flota o le da atributos a Prefectura para que ordene a los pesqueros de menos de 30 metros regresar a puerto en caso de mal tiempo. Juegan a la obligatoriedad de los trajes de inmersión, que pueden ser un paliativo, pero no la solución de fondo al problema.
La rueda sigue girando, los barcos pescando y facturando millones y los trabajadores muriendo o desapareciendo para el dolor de sus familias mientras Prefectura llega tarde y a ninguna parte. Nadie parece dispuesto a frenar, barajar y dar de nuevo para que la consigna #NingúnHundimientoMás sea posible.
Como a nadie parece importarle, solo hay una certeza en medio de este mar de desesperanzas: es cuestión de tiempo para que otra tragedia vuelva a ocurrir.
Por: Roberto Garrone
Periodista – @rogarrone
INIDEP Nacionales

El INIDEP sigue controlando el cambio climático en el mar argentino

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Este jueves 24, el Programa Dinámica del Plancton Marino y Cambio Climático del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) llevó a cabo la campaña número 170 en la Estación Permanente de Estudios Ambientales (EPEA), a bordo del Buque de Investigación Pesquera Oceanográfica (BIPO) Mar Argentino.

La EPEA es una serie de tiempo ecológica situada a 27 millas náuticas (50 km) de la costa de Mar del Plata (38º 28’ S – 57º 41’ O). Se encuentra cercana a la isobata de 50 metros en la transición entre aguas costeras y de plataforma media, hecho que le asigna características oceanográficas muy dinámicas. Cabe destacar que desde hace 24 años el INIDEP realiza estudios en este sitio para comprender las variaciones naturales de aquellas influidas por el cambio climático.

Metas y objetivos

Los objetivos principales de la EPEA…

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