El canciller Felipe Solá en reunión del Gabinete de Comercio Exterior pidió que se valoren las materias primas como productos con valor agregado.
Desde junio el ministro de Relaciones Exteriores viene manteniendo reuniones virtuales con cámaras empresarias, acompañado por funcionarios de su cartera y los titulares de Producción, Agricultura, Ganadería y Pesca entre otros.
En esos encuentros y en el de presentación del Gabinete de Comercio Exterior, Felipe Solá destacó la importancia del sector privado en el desarrollo de las exportaciones y la del Estado como un facilitador. También se refirió entonces a la necesidad de realizar un cambio de mentalidad sobre el concepto de valor agregado, indicando que “los productos primarios tienen un enorme valor agregado”.
Junto al jefe de Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero y frente a los ministros de Economía; de Agricultura, Ganadería y Pesca; Desarrollo Productivo; de Ambiente y del titular del Banco Central, el Canciller señaló que necesitan conocer las necesidades de cada sector para aumentar las exportaciones ante la urgencia de dólares que tiene el Estado.
En sucesivas reuniones virtuales con hasta 75 cámaras empresarias y durante la presentación del Gabinete de Comercio Exterior con el que se pretende dar impulso a las exportaciones, tanto el Canciller como el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, han lanzado conceptos reveladores respecto de la política de comercio exterior que busca impulsar el gobierno como una mirada diferente del concepto valor agregado.
“Hay que salir de la cuestión de si algo tiene o no valor agregado: los productos primarios tienen enorme valor agregado, tienen genética, inteligencia, agrónomos, industria química… El problema no es si tienen o no valor agregado, si son industria o no. El problema es que son los de más bajo valor. Hay mucho valor agregado pero un valor bajo. Entonces tenemos que avanzar hacia productos de mayor valor”, señaló Solá ante las cámaras empresarias el 8 de julio.
“Se necesitan divisas”
Jorge Neme dijo, en ese mismo encuentro, que la idea es mantener un diálogo abierto y producir resultados, “porque el país necesita divisas sobre todo en un contexto internacional de alta incertidumbre y de caída de la demanda”.
Al referirse puntualmente a los productores de alimentos, indicó que se trata de un sector que “se puede defender bien y por eso este trabajo nos va a ayudar para dar una perspectiva de cómo está la demanda mundial al día de hoy y de qué manera podemos trabajar juntos para poder incrementar el nivel de nuestras exportaciones”.
Para ello, el Canciller puso a disposición de los ministros el relevamiento de oportunidades en los mercados agroalimentarios que fue realizado. Según ellos mismos informaron un mes atrás, en una primera etapa se marcaron como prioritarios sesenta y dos mercados en diez regiones y para cada mercado una priorización de hasta cinco productos que tienen potencial exportable.
A pesar de la comunicación fluida que se pretende desde el Ministerio de Comercio Exterior, la realidad muestra que, al menos en la cartera de la Pesca, esa fluidez no se está dando. Recién hace una semana desde la Fundación Idea se convocó a referentes del sector para elaborar un documento consensuado de las medidas a proponer, sobre el que comienzan a trabajar.
Cuando la Cancillería creo el mes pasado el Consejo Público Privado para la Promoción de Exportaciones, del que participan 180 cámaras, entre las que se incluyó a CaPeCA, Solá destacó la necesidad de generar “una sociedad de las empresas con un Estado que ayude, que esté en las buenas y en las malas, que entienda los problemas, de sector, de región, de producto o de mercado”.
Integrarse en las cadenas del mundo
“Nosotros no decidimos qué se exporta o cómo se exporta, sino que sabemos dónde están las posibilidades y qué necesitan, y promover de abajo hacia arriba una exportación. Tenemos que identificar mercados claves con ustedes”, aseguró y destacó la importancia de este Consejo “para no errar en el diagnóstico”. Agregó que “existen cadenas de valor muy importantes en el mundo y la Argentina no tiene que inventar una nueva, sino inventar su espacio en esas cadenas”.
Probablemente la necesidad de dólares contribuya a un mayor dinamismo y un real acompañamiento del Estado en la facilitación de las exportaciones. “Aumentar las exportaciones para que la Argentina no vuelva a tener el clásico problema de angustia en la balanza de pagos. Si se desbalancea, se necesitan más dólares y no los tenemos, entonces o se escapa el tipo de cambio o empieza el endeudamiento”, le indicó Solá a los ministros.