Flota Pesquera

El “Marlene del Carmen” marca el fin de una era en la flota pesquera

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Último fresquero de altura. La mañana de sábado veraniega, con sol despejado y una temperatura que superaba los 25 grados, fue la antítesis del presente negro y tormentoso que atraviesan la industria pesquera y la naval.

La fiesta que implica una botadura de un nuevo buque pesquero como el “Marlene del Carmen”, el sueño de un grupo armador como el que encabeza Luis Santander, que se hace realidad, una nueva herramienta de trabajo para mejorar el proceso productivo y la seguridad de los tripulantes y que garantiza la continuidad laboral de muchos más en la descarga y la planta de reprocesamiento en Comodoro Rivadavia, estuvo teñida por la crisis de rentabilidad que afecta a toda la cadena y que se hizo tangible en las palabras de Domingo Contessi.

El buque, que operará desde el puerto de Comodoro Rivadavia, Chubut, fue bautizado por Karina Haydée Tascón, madrina de la embarcación, en presencia de autoridades y referentes del sector y con la ausencia nuevamente del intendente de Mar del Plata .

El acto contó con la presencia de numerosas personalidades del ámbito público y privado, entre los que se destacaron el vicegobernador de Chubut, Gustavo Menna; la diputada Nacional María Cecilia Ibáñez; el diputado Provincial Gustavo Pulti; el secretario de Pesca de Chubut, Andrés Arbeletche. También acompañaron la botadura el presidente de ADIMRA, Elio del Ré, el presidente de la FINA, Marcos de Monte y demás referentes del sector naval.

“En los últimos meses hubo quienes operaron para silenciar esta crisis porque decían que la prioridad era la renovación de las cuotas, hoy muchos de sus colegas cuentan con las cuotas renovadas, pero son como el título de propiedad de una casa que está en llamas”, dijo Contessi en uno de los tramos más fuertes de su discurso.

El presidente del Directorio insistió en explicar la situación del sector. «La pesca argentina es una, pero no es toda igual. Y si bien la crisis afecta la rentabilidad de todos sus sectores, para algunos la situación ya es insostenible. La flota fresquera está al borde del colapso, con plantas procesadoras que cierran, barcos que operan a pérdida y una industria entera que lucha por sobrevivir».

En tal sentido, Contessi no dudó en referirse a las políticas que han agravado la situación de la pesca: «Se nos prometió que aquellos que tuvieran una micro eficiente podrían subsistir, pero en la pesca esto no se está cumpliendo. Los ingresos dependen de un tipo de cambio oficial manipulado mientras los costos están completamente liberados. No sólo no se redujeron los Derechos de Exportación, sino que se aumentaron impuestos (DUE) y se creó una nueva tasa exorbitante», subrayó.

La botadura del “Marlene del Carmen” marca un punto de inflexión en la historia reciente del astillero. Desde 2017, con el proceso de renovación de la flota pesquera, cada vez que una grada quedaba desocupada comenzaba un nuevo proyecto con la colocación de una nueva quilla. Hoy no hay nuevos sueños que quieran ponerse en marcha.

“Este barco va al agua y le hará perder dinero a su armador. Seguramente perderá menos que operando al antiguo “María Rita” del año 1962 y cuyo permiso nacional le está cediendo. Pero obviamente perderá mucho más si en algún momento debe parar toda su flota, ya que en Comodoro Rivadavia el grupo Santander tiene una planta pesquera y empresas de estibajes que en conjunto con los barcos generan empleo para 500 personas. Y no es solo el costo fijo lo que lo motiva, es principalmente la responsabilidad social”, destacó Domingo Contessi.

Desde 2017 a la fecha la pesca atravesó distintos problemas con cada gobierno de turno, aunque eso no privó al astillero de invertir y duplicar la capacidad instalada y los puestos de empleo como para que los clientes no volvieran a tener que esperar 4 años para botar un barco, publicó rp.

“Hoy estamos viendo que esa continuidad laboral se está poniendo en riesgo y no es porque se nos hayan agotado los clientes o hayamos sido ineficientes. Aún nos quedan más de 15 clientes con proyectos aprobados que estaban esperando y casi un 50% de la flota pesquera nacional que debería ser renovada. El problema es que ninguno de ellos quiere comenzar un barco de altura en esta coyuntura sabiendo que no tendrá capacidad de repago”, sostuvo el industrial.

Como ya había solicitado en oportunidad en que se botó el “Lito” y luego el “Leonilda”, Contessi apeló a la necesidad de encontrar una mesa de diálogo con el gobierno para recuperar la competitividad del clúster pesquero y naval.

“Tenemos que explicarle a la sociedad y a la clase política qué es la pesca y qué es la industria naval. Debemos ser escuchados antes de que sea demasiado tarde», solicitó, al tiempo que subrayó “no todo depende del Estado, por ello hoy vemos auspiciosamente que 6 cámaras pesqueras hayan sacado un documento conjunto donde no se quedan en la descripción de la crisis, sino que establecen una agenda de diálogo con todos los sectores. Si queremos que la rueda de la pesca fresquera siga girando todos deberemos ceder un poco para adaptarnos a esta nueva realidad”.

Ese documento no fue firmado ni por CaIPA ni por CEPA, cámaras con empresas integradas, que nunca acompañaron los reclamos que formulaba el resto del arco industrial y armatorial marplatense. Eso ya generó grietas tangibles. Las empresas “14 de Julio” y “Veraz” renunciaron a CaIPA en los últimos días.

El Presidente del Directorio del astillero advirtió por el complejo futuro que enfrenta la industria naval, puntualmente ante la posibilidad de que el gobierno permita la importación de barcos pesqueros usados.

“Hemos crecido haciendo productos de calidad internacional, financiándolos y compitiendo en inferioridad de condiciones con astilleros extranjeros que tienen economías estables, estructuras de crédito y subsidios. En el pasado, cuando solo sobrevivimos, fue porque se nos sometió a la competencia más desleal que existe: la del buque usado. Por ende esta industria lejos está de ‘cazar en el zoológico’, se defendió siempre en la selva más extrema. Derogar o flexibilizar en este contexto la Resolución 909/94 no solo sería dejarnos desnudos y sin armas en el medio de la selva, sería el tiro de gracia para la industria naval”, confesó.

Gustavo Menna destacó la importancia de la botadura y el esfuerzo del Grupo Santander: «Es importante también para el puerto de Comodoro, para la actividad fresquera, para la actividad pesquera en general de la provincia”.

El Vicegobernador subrayó que «hay que acompañar este esfuerzo de un sector que aporta tanto y que está en esta crisis». Además, sostuvo que «el Secretario de Pesca Provincial ha planteado formalmente la eliminación de los derechos de exportación, porque la pesca merece el mismo tratamiento que ha tenido la agroindustria».

Todos quienes presenciaron la ceremonia sabían, íntimamente, que no era una botadura más. La renovación de la flota de altura entra en un letargo cuya fecha de finalización tiene un enorme signo de interrogación.