El Gobierno dispuso un fondo de $500 millones para iniciar un proceso de modernización de flota que vuelva más competitiva la pesca.
El buen comportamiento que mostró el sector pesquero durante el último año, alentó al gobierno nacional a generar medidas que potencien su capacidad productiva. Según datos de la secretaría de Agroindustria de la Nación, en 2018 hubo una mejora en la competitividad de las exportaciones a través del Sello Alimentos Argentinos, que otorgó protocolos para merluza negra, langostino y calamar congelado a bordo.
Más del 90% de lo que se produce en la costa atlántica se exporta y en el último ejercicio la pesca generó más de 2000 millones de dólares, lo que significó 7 por ciento de crecimiento en relación a 2017.
Las ventas al exterior las lidera el langostino, con 60 por ciento en dólares del total de las exportaciones pesqueras, y junto al calamar y la merluza hubbsi alcanzan más del 80 por ciento del mercado.
“La cadena pesquera no solo es una de las más importantes del país sino una de las más federales, generando 22.000 puestos de trabajos en cinco provincias argentinas”, destacó Luis Miguel Etchevehere, secretario de Gobierno de Agroindustria, tras la presentación de una línea de financiamiento para la compra de buques pesqueros nacionales.
El Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) financiará hasta 60 millones por empresa o grupo, con un plazo de hasta cinco años y un período de gracia de hasta 12 meses, con una tasa bonificada. La línea de créditos persigue el doble objetivo de renovar y modernizar la flota actual de buques y alentar a que sean construidos en el país, señaló Dante Sica, ministro de Producción y Trabajo, y aseguró que “beneficia a todo el sector pesquero, desde pymes hasta grandes empresas, porque mejora la capacidad productiva y la competitividad de los astilleros locales y tracciona toda la cadena de valor”.
Los créditos se otorgarán a través de avales de SGR preferidas “A” o garantías emitidas por el Fondo de Garantías Argentino (Fogar). Mientras que las tasas de interés en pesos se regirán por la variable Badlar Privada – 2% (tasa activa grilla Badlar Privada + 6%, con bonificación del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación del 8% por los primeros dos años). En tanto que en dólares será Libor + 3% (tasa activa grilla Libor + 5% con bonificación de la cartera del 2% para todo el plazo del crédito).
De forma complementaria, se publicó en el Boletín Oficial la resolución reglamentaria de la ley 27.418 y decreto 920/18, que reglamenta el Régimen de Incentivo, Promoción y Desarrollo de la Industria Naval Argentina que permite a los astilleros y talleres navales importar sin arancel insumos no producidos en el país.
A lo anterior se suma que el Banco Central readecuó el 29 de noviembre del año pasado la normativa sobre hipoteca naval, que posibilita tomar como garantía el 40% del valor del buque cuando está terminado o el 50% del valor tasado cuando está en construcción.
Las nuevas medidas que anunció el presidente Mauricio Macri, a mediados de enero, en el marco de la mesa sectorial de pesca e industria naval, se alinean con el intenso trabajo que vienen realizando de manera conjunta profesionales, empresarios y gremios, para darle impulso a la construcción de buques en los astilleros locales y potenciar la marina mercante.
En el encuentro entre funcionarios del gabinete nacional y entidades empresarias, que se llevó a cabo en la sede de la Cámara de Industria y Comercio de Puerto Madryn (CIMA), también se analizó la posibilidad de potenciar la exportación de langostino procesado directamente desde puertos de la Argentina y la venta de merluza hubbsi a la Unión Europea.
Una señal
“Después de décadas de abandono con políticas inapropiadas hacia la pesca, y con hechos de pérdidas humanas por los hundimientos, hoy, armadores, astilleros y talleres, tenemos la posibilidad de construir embarcaciones que brinden seguridad a aquellos tripulantes que deben cumplir su tarea”, celebró Silvia Martínez, titular de la Cámara de la Industria Naval Argentina (CINA).
Aun así, Martínez destacó que el monto de financiamiento dispuesto “es suficiente para la construcción de 10 embarcaciones, cuando la realidad muestra que más del 50% de la flota pesquera supera o alcanza los 50 años de antigüedad, lo que termina en tragedias como sucedió con los hundimientos del Repunte y Rigel”.
“Sí, puede sonar a poco, pero es un paso positivo”, asintió Julio González Insfrán, secretario general del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo. Y ancló el tema a la creación del Fondo de Desarrollo de la Industria Naval (Fodin), que se dio en el marco de las leyes de industria naval y marina mercante sancionadas en 2016. La medida, que asignaba $1500 millones para la construcción de embarcaciones, cargó de expectativas al sector pero luego fue vetado.
“Nosotros seguimos insistiendo”, dijo González Insfrán y anticipó que se están llevando a cabo reuniones para avanzar con proyectos que beneficiarán a otras ramas de la actividad, e incluso, con unidades propulsadas a gas natural envasado (GNL).
La titular de CINA sumó la necesidad de colocar en valor el mantenimiento y reparación de las unidades para mejorar el estado de la flota. “Existen armadores que pretenden poder importar barcos nuevos o usados a arancel cero, sin especificar la antigüedad máxima o mínima de los bienes a importar”, alertó Martínez y afirmó que el nivel de astilleros, universidades, consejos profesionales que existen en nuestro país “puede fundamentar con creces el sustento técnico”.
En esa misma línea, Ricardo Ferrer, vicepresidente del Consejo Profesional de Ingeniería Naval, aseguró que los astilleros argentinos están “altamente capacitados” para fabricar barcos pero “la llave maestra” es el financiamiento porque se trata de proyectos que implican altos niveles de inversión.
Respecto a las características de los buques pesqueros comentó que no es necesario desarrollar nuevos modelos sino que existen prototipos que se van mejorando a partir de los nuevos desarrollos como puede ser el uso de GNL, que consideró “totalmente viable” si se abren estaciones de carga en puertos estratégicos como Mar del Plata, Necochea, o Puerto Madryn.
Ferrer agregó que la carrera de ingeniero naval se cursa actualmente en cuatro universidades pero comienzan a percibirse dificultades a la hora de insertarse en el mercado laboral; por eso señaló que impulsar la industria puede contribuir a que las nuevas camadas de profesionales “se acopien a los desafíos más grandes que van surgiendo y no tengan que buscar una alternativa en otros países”.
La Nación