Global Fishing Watch analiza el impacto de la COVID-19 en las horas de pesca
Uno de los aspectos clave para entender de qué manera la pandemia de la COVID-19 ha afectado a la pesca es analizar su impacto en el esfuerzo pesquero mundial. En lo que llevamos de año, la actividad pesquera se ha reducido un 6,5 % ( de 7,8 millones de horas a 7,5 millones) en todo el mundo, en comparación con la media de los dos años anteriores (2018 y 2019). Si tomamos como referencia la fecha del 11 de marzo, cuando la OMS declaró el estado de “pandemia”, la reducción del esfuerzo pesquero medido en número de horas de pesca fue del 10 % en todo el planeta. Se pasó de una media de 7,5 millones de horas de media, durante los dos años anteriores, a 6,8 millones de horas).
Son datos proporcionados por Global Fishing Watch, la plataforma impulsada en su origen por Google y Oceana, entre otros, para analizar la huella digital de la pesca a través del rastreo y monitorización de las señales de AIS de los pesqueros. Con todo, son datos aproximados que solo afectan a la flota industrial de más de 24 metros de eslora. Hay que tener en cuenta que este mapa interactivo no recoge la actividad de los buques de pequeña escala que carecen de sistemas de posicionamiento.
LA EVOLUCIÓN EN ESPAÑA
En el caso de la flota pesquera española, GFW publica datos relativos a las diferentes semanas, en los que se observa el inicio de un proceso de reducción del esfuerzo pesquero desde la segunda de marzo. En la tercera semana, el número de horas de pesca se redujo cerca del 40 %; casi un 50 % durante la cuarta semana de mes de marzo para situarse niveles similares a la semana tres transición hacia abril. Fue en la segunda semana de dicho mes, coincidiendo con la celebración de la Semana Santa y con la paralización de toda actividad no esencial en España -a pesar de que la pesca lo es- cuando la actividad pesquera de la flota industrial con AIS sufrió el mayor debacle: la reducción de actividad superó el 50 %.
Desde entoncesla actividad ha ido recuperándose de manera progresiva. La organización achaca esta caída a la disminución a la baja demanda, la caída de los precios y el cierre del mercado de productos del mar. Recordemos que los datos de GFW solo incluyen a los buques de más de 24 metros de eslora, y no a la flota de bajura que se ha visto afectada de lleno.
EL CASO CHINO
Es interesante también comprobar qué ha pasado con la flota china, teniendo en cuenta que fue el primer país afectado por el bloqueo y que su papel en la actividad pesquera global es clave. Los buques chinos representan la mayoría de todos los pesqueros registrados en la base de datos de GFW y representan aproximadamente el 20 % de la captura mundial cada año.
El cierre de Wuhan, epicentro de la pandemia, coincidió con el Año Nuevo chino a fines de enero, cuando la actividad cesa debido a las celebraciones. Pero luego, se mantuvo en casi cero durante varias semanas, ya que China restringió drásticamente el movimiento.
A mediados de marzo, poco después de la declaración de pandemia de la OMS, la actividad pesquera china se había recuperado a un nivel comparable con años anteriores antes de volver a sumergirse brevemente. A principios de abril, la actividad pesquera acumulada en la ZEE de China había disminuido casi un 40% desde el Año Nuevo chino, con aproximadamente 1,2 millones de horas menos de pesca.
Sin embargo, a medida que las flotas chinas volvieron a la normalidad, los impactos del COVID-19 se extendieron a las pesquerías en el resto del mundo. “Algunas de las naciones pesqueras más grandes del mundo ahora están experimentando reducciones considerables en la actividad pesquera anual”, dice GFW, que destaca especialmente el caso de Europa. “Muchos países están viendo reducciones sostenidas en la actividad pesquera semanal del 50 % o más en relación con los últimos años”. España es uno de ellos.