Subirán en el próximo viaje del Pescargen V, según anticiparon desde el SOMU Mar del Plata. La secretaria Nacional de la Mujer del gremio se reunió con un grupo para fijar líneas de trabajo y concientizar sobre violencia de género. “Tienen que demostrar que somos capaces” dijo Betina Santillán.
Luego que REVISTA PUERTO publicara la historia de Stefanía Pavón y Analía Morales, dos tripulantes que denunciaron la falta de oportunidades en la flota pesquera, la empresa Iberconsa inició gestiones ante el Sindicato Obrero Marítimos Unidos (SOMU) para tratar de revertir esa tendencia.
La historia de ambas marineras resumía la lucha de cientos de mujeres que pese a tener la libreta y patear los muelles, chocaban con armadores y capitanes que se negaban a darle la oportunidad de embarcarse.
Andrea Aguirre, Tatiana Aguirre, Graciela Benítez y Griselda Carballo son los nombres de las cuatro tripulantes que figuran en el listado que envió el SOMU a la empresa armadora con la idea que se suban al Pescargen V cuando inicie su próxima marea.
El jueves pasado ellas, junto a otras compañeras, participaron de una reunión que encabezó Betina Santillán, secretaria Nacional de la Mujer Marítima del SOMU, quien quiso conocerlas y acompañarlas en este nuevo proceso.
REVISTA PUERTO participó en parte de la reunión en la que Pablo Ochagavia, secretario General de la Seccional, les confirmaba a las trabajadoras el nombre de la empresa y el del barco.
Las Aguirre no son hermanas ni parientes. Tatiana ya tiene experiencia en barcos de altura en tanto para Andrea será su primera experiencia. “Tenemos que dar un poquito más en el trabajo porque somos mujeres en un ambiente marítimo dominado, hasta ahora, por hombres”, les había dicho Santillán un rato antes.
“Hay que demostrar que somos capaces. Si ustedes hacen las cosas bien, otras chicas podrán subirse e ir ganando lugares de a poco”, reafirmó la Secretaria, quien dispuso de la creación de una bolsa de trabajo en el gremio donde podrán anotarse todas las tripulantes con libreta y los reconocimientos médicos aptos para salir.
“No quiero que nadie camine más el muelle. Eso es denigrante”, confesó Santillán. “Se encargará cada seccional. Acá (por Mar del Plata) estará Analía (por Morales) para acompañarlas y gestionar los trámites que hagan falta con los armadores”, aseveró.
Santillán ya caminó el muelle y mantuvo contacto con algunos representantes de empresas pesqueras. Les cuenta a las tripulantes que habló con Valenzuela, representante de la empresa Moscuzza, quien le adelantó la intención de disponer de un camarote para que puedan subir otras cuatro mujeres a alguno de sus congeladores. “Hacen dos viajes, se bajan para que las releven otras compañeras y así podemos ampliar las posibilidades”, les pidió la dirigente en una ronda de charla con mates y facturas.
Santillán ha trabajado en la flota petrolera. En el sector es común que cada tripulante sea evaluado por el capitán y el primer oficial tras completar el viaje. Si bien en la pesca no existe tal metodología, la Secretaria compartió algunas sugerencias para que las tripulantes tengan una buena experiencia y puedan volver a conseguir embarque.
Trabajo en equipo, convivencia, responsabilidad, respeto a normas de seguridad son algunos de los ítems evaluados en los petroleros. “Acá todo eso depende de si le caés bien o mal al capitán”, refutó una de las tripulantes que asistió a la reunión.
Durante el encuentro desde la Secretaría repartieron un folleto en tonos rosas en que resumen la lucha por la igualdad, dignidad y derechos laborales, así como también contribuyen a la toma de conciencia y lucha contra la violencia de género.
“En la industria pesquera hay trabajo. Hace falta que los armadores le den lugar a las compañeras, quienes están formadas y preparadas igual que los compañeros, aseguró Santillán. “Nuestra lucha es lograr que las empresas brinden iguales oportunidades para las mujeres marítimas”, concluyó.
