La mayor compañía de transporte marítimo del mundo está abandonando lentamente los combustibles fósiles, y al hacerlo ha lanzado un desafío para que el resto de la industria siga su ejemplo. La empresa danesa AP Moller Maersk anunció esta semana que eliminará completamente sus emisiones contaminantes para el año 2050. Una meta muy importante para la compañía, que forma parte de una industria responsable de cerca del 3% de las emisiones mundiales, según datos de las Naciones Unidas.
Si el transporte marítimo fuera un país, los datos muestran que sería el sexto mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo. Maersk representa alrededor del 20% del transporte marítimo mundial.
La mayor parte del proceso consistirá en cambiar a buques neutros en carbono para 2030, una medida que depende de la capacidad de la industria para encontrar formas más limpias de alimentar sus enormes buques portacontenedores.
“La única manera posible de lograr la tan necesaria descarbonización de nuestra industria es cambiar completamente a nuevos combustibles y cadenas de suministro neutros en carbono”, dice Søren Toft, un alto ejecutivo de Maersk.
La compañía ya ha reducido agresivamente su huella de carbono. Desde 2007, Maersk ha reducido las emisiones totales en un 46%, según los informes de la compañía y de algunos medios de comunicación. Esto ha sido posible gracias a una inversión de alrededor de 1.000 millones de dólares en tecnologías más limpias, incluida la contratación de más de 50 ingenieros para trabajar exclusivamente en esas soluciones.
Reducir emisiones
El noble objetivo fijado por Maersk está en consonancia con la estrategia de la Organización Marítima Internacional de las Naciones Unidas, que instó a 173 países miembros a reducir a la mitad las emisiones con respecto a los niveles de 2008 para 2050.
El “combustible de caldera” que se usa normalmente para el transporte marítimo internacional causa problemas que van más allá de las emisiones de gases de efecto invernadero. Ese tipo de combustible puede tener un contenido en azufre 3.500 veces mayor que el de la gasolina usada en los automóviles diesel. El azufre es un productor de smog y precursor del ozono, que ha sido vinculado a varios problemas de salud, incluyendo asma, enfermedades cardíacas y complicaciones en el embarazo.
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