Directamente de las frías y cristalinas aguas del Atlántico Sur, el Langostino Argentino (Pleoticus Muelleri) se consolida como un ingrediente imprescindible en las cocinas gourmet del mundo. Con su vibrante coloración anaranjada, textura firme y un sabor dulce inconfundible, este crustáceo salvaje ofrece una experiencia culinaria de lujo y una versatilidad que encanta a los chefs más exigentes.
Sabor Inigualable y Versatilidad en el Plato.
Lo que distingue al langostino argentino, también conocido como langostino patagónico, es su origen. Al ser capturado en un entorno natural y prístino, su carne absorbe la riqueza de las aguas, resultando en un sabor limpio e intenso, mucho más delicado que el de sus pares de cultivo.
Perfil de Sabor: Jugoso y tierno, con un dulzor natural que lo hace perfecto para ser el protagonista del plato.
Aporte Nutricional: Es una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, bajo en grasas y rico en minerales esenciales como el hierro, fósforo, yodo y vitaminas del grupo B.
Versatilidad Culinaria: Su gran tamaño y calidad permiten múltiples preparaciones:
A la Plancha/Parrilla: El método ideal para resaltar su sabor natural con solo un toque de aceite de oliva, ajo y perejil.
Ceviches y Tartares: Su firmeza lo hace perfecto para preparaciones en crudo.
Guisos y Paellas: Aporta una profundidad de sabor inigualable a cualquier fondo de marisco.
De la Patagonia a la Mesa Global
Las pesqueras argentinas han implementado rigurosos protocolos de captura y ultracongelación en alta mar, garantizando que el langostino llegue a los mercados internacionales con la máxima frescura y conservando todas sus propiedades organolépticas. Este compromiso con la calidad y la sostenibilidad lo ha convertido en el favorito de restaurantes de alta gama en Europa, Asia y América del Norte.
Su creciente demanda no solo impulsa la economía pesquera de la Patagonia, sino que también promueve un consumo más consciente de productos marinos salvajes y de calidad premium.