La minería marina, y los desafíos que presenta su compatibilidad con la pesca ante el incremento de esta actividad en los fondos oceánicos, es uno de los frentes de batalla del sector pesquero ante el debate global sobre gobernanza marina, así lo informa Industrias Pesqueras.
Los argumentos en contra de esta actividad por parte del sector se refuerzan ahora con la publicación de un informe que concluye que los efectos de la extracción minera de nódulos polimetálicos de los fondos de la alta mar serán “amplios, graves y perdurarán varias generaciones”, provocando una pérdida irreversible de especies y una degradación de los ecosistemas.
El documento, realizado a través de una síntesis de más de 250 artículos científicos revisados por expertos y artículos de otros tipos, analiza en concreto los efectos potenciales sobre la pesca de especies de alto valor comercial en la región del Pacífico y más allá, como por ejemplo el atún. También hace referencia a especies, hábitats y ecosistemas, incluyendo especies migratorias y de aguas profundas emblemáticas, como por ejemplo los tiburones ballena, las tortugas laúd, los cachalotes y los zifios (o ballenas picudas), y aves marinas, como por ejemplo los petreles (o patines) y las pardelas. Al mismo tiempo, se hace eco de informes relativos a los impactos en la salud humana y en las economías nacionales del Pacífico
EL 30 % DEL PLANETA
La investigación parte de la iniciativa de la Deep Sea Mining Campaign y la organización MiningWatch Canada, con el objetivo de analizar el impacto de esta actividad en el Pacífico, que cubre el 30% de la superficie del planeta. Según las conclusiones del informe, se “justifica la adopción del principio de precaución, y la introducción de una moratoria constituye la única vía de acción responsable” con relación al futuro de la minería marina en la región.
Los efectos de la extracción minera de nódulos polimetálicos de los fondos de la alta mar serán “amplios, graves y perdurarán varias generaciones”, indican los autores.
Los promotores de la campaña advierten que Islas Cook ha emitido una licencia de prospección para sus propias aguas territoriales, mientras que los campos de nódulos de Kiribati y Tuvalu están todavía por explorar. Al mismo tiempo, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (International Seabed Authority, ISA), creada por la Organización de las Naciones Unidas, ya ha expedido 30 licencias de prospección que “cubren millones de kilómetros cuadrados de los lechos de aguas profundas de los océanos Índico, Atlántico y Pacífico”. Los impulsores del informe consideran que se está utilizando la COVID-19 como “cortina de humo” y que “los reglamentos correspondientes podrían aprobarse sin que se haya producido un debate público significativo al respecto”.