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Lo declaró a El Marplatense Diego Luchetti, quien está al frente de la Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura. Insistió en que persisten graves complicaciones con la flota merluzera y, pese a la devaluación, acusó un año con los “mismos vaivenes” del 2017. “Las bondades supuestas del ajuste cambiario se perdieron por los altos costos”, afirmó.
La devaluación y los fuertes simbronazos que registró la economía en el país este año aún no logran constituir un mayor escenario de cambio para los históricos problemas que arrastra la pesca marplatense, según advirtieron desde la Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura.
Diego García Luchetti, gerente de la entidad, insistió en que el análisis debe bifurcarse inexorablemente con dos miradas distintas: por un lado, el presente de la flota que se va al sur del país por la pesquería del langostino, y por otro, la flota merluzera que se queda en Mar del Plata.
Para el primer escenario, el empresario reconoció un “año de buenas capturas” pero muy disímil es el contexto que visibilizó a nivel local: “Más allá de los temas económicos y los ajustes cambiarios, hay una meseta que no logra despegar acá”.
“Estamos complicado no por ausencia de recursos sino por los costos, y la mano de obra en tierra, que son los problemas históricos”, reconoció, y respecto del tipo de cambio, señaló: “Rápidamente se licuó por la suba de costos. El dólar llegó a 42 pesos y hoy está en 37 pesos más la retención, y los costos se fueron a 42 o 45 pesos. Las bondades supuestas del ajuste cambiario se perdieron“.
En declaraciones a El Marplatense, Luchetti remarcó que la única pesquería con “rentabilidad” es la del langostino. “La flota merluzera seguirá el año que viene pescando en Mar del Plata atada a la incertidumbre y los vaivenes del día a día”, advirtió.
A su vez, pese a las promesas que hizo el Gobierno, el referente de la Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura cuestionó que “no haya ningún incentivo para el trabajo en tierra”. “Los que había fueron derogados, que eran los reintegros, y después vinieron las retenciones”, señaló.
Para Luchetti, el 2018 fue un “año de transición” para la pesca marplatense que no arroja “grandes mejoras”. “Siempre con la salvedad del langostino, que supo ser sustentable y sostenible, el año tuvo los mismos vaivenes del 2017”, concluyó.