La conocida como “Flota Amarilla” argentina, que se concentra en el puerto de Rawson (provincia de Chubut) ha iniciado como cada primavera en el cono sur la campaña del langostino. Sin embargo, la de este 2020 no es una más, así lo resalta Industrias Pesqueras en una entrevista realizada a el armador Giuliano Vestuti.
Además de la incertidumbre en los mercados con la COVID-19, la temporada ha empezado con cierto retraso -10 días- por la presencia de juveniles en los caladeros, según explica Vestuti, integrante de la CAFACH, la Camara de Flota Amarilla de Rawson.
La primera marea, antes del parón, tuvo resultados irregulares. Sin embargo, el armador explica que se han registrado “buenos rendimientos tanto en abundancia como lo que refiere a la calidad de las tallas en dos de las tres subáreas prospectadas”.
Habilitan la pesquería de langostino en aguas provinciales
El primer balance apunta a un mayor porcentaje de pesca incidental en las aguas más al sur, frente a unos ejemplares de mayor tamaño en el norte. El CPU (Captura por Unidad de Esfuerzo Promedio) registrado es de más de 3000 kg por hora de arrastre.
El sector se prepara para una campaña “atípica” debido a la COVID-19. El desafío, indica Vestuti, es estar el mayor tiempo posible operativo. Para ello se han llevado a cabo distintas reuniones con el Ministerio de Salud, en las que han participado responsables de la administración pesquera y de la Prefectura Naval, así como armadores y empresarios, a fin de establecer una estrategia coordinada “para tratar de hacer eficientes y ordenados los distintos controles e ingresos al puerto cumpliendo con las medidas preventivas”.
Una oportunidad
Otro frente para la flotilla amarilla es la situación en los mercados. “Aunque uno como barcos no está en vínculo directo con los mercados internacionales no estamos ajenos a la situación comercial que ha sido compleja durante todo el año”, explica Giuliano Vestuti.
El armador indica que hay demanda de Europa o Japón, mercados muy exigentes en cuanto a calidad, y considera que esta situación debe ser vista como una oportunidad “para demostrar que desde Chubut podemos llegar a cualquier góndola del mundo con un producto de alta calidad.”