Una nueva preocupación invade a los uruguayos: una empresa china compró un vasto terreno en la playa montevidana de Punta Yeguas, donde planea construirá un megapuerto para brindar logística a una ciudad flotante de medio millar de barcos pesqueros legales (e ilegales) con consecuencias dramáticas para el ecosistema marítimo por la excesiva captura no regulada de los preciados y escasos recursos ícticos del Atlántico Sur. Montevideo, puerto natural sobre el Río de la Plata y capital de la República Oriental del Uruguay, es considerado el segundo mayor puerto receptor de pesca ilegal en el mundo.
Durante una reunión en las oficinas de Uruguay XXI, agencia gubernamental que tiene a su cargo promover las exportaciones e inversiones en Uruguay, la empresa china Shandong Baoma Fishery Group informó que instalará un puerto pesquero y Zona Franca en el oeste de Montevideo.
El presidente de este grupo, Jian Hongjun, presentó ante organismos estatales uruguayos los avances del proyecto, que la firma lleva adelante para instalar un puerto logístico para buques pesqueros chinos. La empresa en Uruguay se llamará Zhongjin Puerto S.A. La obra tendría un muelle de 800 metros de largo y 60 de ancho. Además, incluirá un amarradero para barcos de hasta 50.000 toneladas.
Para esos efectos se informó que adquirieron 28 hectáreas de un predio en Punta Yeguas, y avanza su plan para instalar allí su base operativa y brindar servicio logístico y de mantenimiento a una flota de más de 500 buques chinos operando en todo el Atlántico sur. La compañía china se especializa en diversas actividades como la pesca oceánica, el procesamiento y venta de productos marinos, la elaboración de harina de pescado, la gestión de terminales portuarias, e incursiona en infraestructura para explotaciones mineras.
Unos meses atrás, la enajenación propuesta para dos predios, linderos con el Dique Mauá, sobre la franja costera de Montevideo, encendió las luces y los avisos de alerta dentro de la corporación política y en la ciudadanía. La iniciativa contenía elementos patrimoniales, paisajísticos, económicos, culturales, urbanísticos, técnicos, financieros, históricos y visiones de futuro estratégico comprometidos con el desarrollo y la soberanía… y el derecho a la dignidad de actuar como pueblo dueño de su destino.
El plan finalmente rechazado –señaló el analista Garabed Arakelian en estrategia.la- era algo más que la construcción de un puerto marítimo y fluvial con el agregado de “estacionamientos subterráneos, shopping y hotel multiestelar, todo a dos minutos del corazón de Montevideo”, según la oferta primigenia del empresario López Mena, timonel de Buquebús (ferry que hace el recorrido Buenos Aires-Montevideo).
Océanos colapsados
En base a los informes de la FAO-ONU, la mayoría de los océanos del mundo se encuentran en una situación crítica de sobreexplotación, o al límite de ser colapsados. El impacto en el ecosistema debido a ello es inestimable. Ante la apremiante situación de la notoria escasez pesquera en el mar de China, y ante la negativa de nuevos acuerdos pesqueros con países de la región de Asia y Oceanía para satisfacer la demanda de su enorme población, el gigante asiático ha puesto la mirada en el Atlántico Sur.
Ésta es una de las regiones con mayor biodiversidad marina del planeta. En un contexto en el cual se carece de control efectivo sobre esta vasta extensión marítima, donde sobresale por su ausencia un acuerdo regional y ante la falta de un organismo que regule y limite la explotación de los recursos ícticos, China se llevaría la parte del dragón, señala zur.org.
A los más de 1.500 millones de habitantes que tendrá China dentro de cinco años (ahora suma 1.370 millones) le harán falta 70 millones de toneladas de pescado al año. De acuerdo a la China Society of Fisheries la “adquisición” de productos pesqueros por persona aumentó en casi nueve kilos en solo cinco años.
Las consecuencias de instalar una zona franca portuaria pesquera china en Uruguay, y brindar logística a una ciudad flotante de barcos legales (e ilegales, estimados en más de 500 en el pico de la temporada en la Zona Económica Exclusiva uruguaya), serían dramáticas para el ecosistema marítimo por la excesiva captura no regulada de los preciados y escasos recursos ícticos del Atlántico Sur.
Asimismo, porque golpearían fuertemente las economías vinculadas a la pesca de toda la región, puesto que los pescadores locales no podrían competir con los bajos precios que ofrecen los pesqueros ilegales de origen chino en los puertos de destino.
Zona franca y pesca ilegal
La empresa china contaría con una “zona franca” que le permitiría despachar buques sin intromisión de parte del Estado uruguayo, una ventaja logística y comercial inédita y un atractivo para las flotas pesqueras migratorias. Uruguay –desde hace tiempo- viene aprovechando las ventajas que puede tener como nodo regional y China, las extraordinarias ventajas que le brindan.
Se debe recordar que en China hay 164 empresas pesqueras que cuentan con 3.000 barcos de pesca de alta mar distribuidos en 30 países.El megapuerto pesquero chino al oeste de Montevideo, permitiría la libre operatividad, legal y potencialmente ilegal de los pesqueros. La obra obligará al gobierno uruguayo a cambiar el plan de ordenamiento territorial.
Pesca ilegal
Por iniciativa de Naciones Unidas, el 8 de junio de cada año se celebra el Día Mundial de los Océanos, con la finalidad de concientizar a la población en conservar y utilizar en forma sostenible los mares, un problema que en Uruguay está cobrando cada vez una mayor relevancia.
Milko Schvartzman, experto en conservación marina y pesca sostenible y durante 13 años coordinador de Océanos en Greenpeace, señaló desde el colectivo Oceanosanos, los impactos que sufren los mares a partir de la contaminación, que absorbe grandes cantidades de dióxido de carbono a partir del consumo de combustibles fósiles, y destacó el estudio mundial que indica que para 2050, el 90% de las especies pesqueras desaparecerá, lo que hará inviable la pesca comercial.
El investigador destacó el problema de la sobrepesca y la necesidad de los controles necesarios para verificar la descarga de pescado (de hasta 500 mil toneladas anuales) en el Puerto de Montevideo, el segundo más grande a nivel global en recibir pesca ilegal, una maniobra desarrollada por enormes flotas de barcos que operan en aguas internacionales sin ningún control, utilizando mano de obra esclava que, para evitar la trazabilidad, transbordan en alta mar a barcos cargueros que son los que descargan en Puerto.
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