La Agencia Europea de Control de la Pesca (EFCA, por sus siglas en inglés) ha evaluado con los Estados miembros el nivel de cumplimiento de la prohibición de descartar y se ha llevado las manos a la cabeza al ver los resultados: «El incumplimiento de la obligación de desembarque parece haber sido generalizado durante el período evaluado», apunta la institución con sede en Vigo en un comunicado
El tiempo al que se refiere es el comprendido entre los años 2015 y 2017, en el que se llevó a cabo un seguimiento de las pesquerías de bacalao, solla y lenguado en el mar del Norte, y de las de eglefino, merluza y merlán en las aguas occidentales, así lo informó La Voz De Galicia.
Según detallan desde la agencia viguesa, la evaluación aplicó hasta cinco métodos diferentes para medir el acatamiento de la obligación de desembarque, mitigando también la escasa disponibilidad de datos de referencia obtenidos en inspecciones en el mar donde se determina la composición de las capturas.
Difícil de vigilar
Desde la institución resaltan que la detección del incumplimiento del veto a los descartes «sigue resultando difícil cuando solo depende de la vigilancia clásica basada en las inspecciones debido a la naturaleza fugaz de los descartes en el mar, que pueden producirse en cualquier momento de la campaña pesquera tanto de día como de noche».
Eso da pie a la Agencia de Control de la Pesca a manifestarse a favor de los sistemas de vigilancia electrónica remota, entre los que se incluyen las polémicas cámaras de circuito cerrado de televisión. A juicio de los funcionarios de la EFCA, estos métodos «garantizan la observación continua de los artes de pesca y las actividades de tratamiento de las capturas a bordo de los buques pesqueros, fundamentales para lograr la mayor eficiencia de seguimiento, control y vigilancia del cumplimiento de la obligación de desembarque».
Y dejan caer que son instrumentos ya recogidos en la legislación comunitaria para vigilar la actividad pesquera, que prevé el uso de medios «como observadores, dispositivos de televisión en circuito cerrado u otros». Eso sí, respetando los principios «de eficiencia y proporcionalidad».
