Se ha escuchado mucho la frase “LA PIÑA SERA BIBLICA” por las redes sociales, en alusión a la imagen referencial de esta nota.
El COVID llegó para quedarse un largo período de tiempo, y nadie tiene responsabilidad alguna sobre el mismo. Todos están en el mismo laberinto: Políticos, Empresarios y sindicatos.
Las medidas de prevención y el protocolo de seguridad, requiere inexorablemente que se adapten nuevas políticas de trabajo, pero se requiere del esfuerzo de todas las partes
No existe planta en Chubut, que tenga ni baños, ni vestuarios, ni comedores ni áreas de descanso para atender a todo el personal ocupado, con la distancia mínima requerida.
Para ello, es necesario realizar dos turnos de trabajo entendiendo que es la única manera en la que podría respetarse el distanciamiento requerido para trabajar.
Ahora bien, desde el punto de vista patronal, un segundo turno requiere de muchos sobrecostos, principalmente energía eléctrica, guardias de seguridad, actividades conexas, etc.
Pero ¿cuál es el esfuerzo que están dispuesto a realizar desde el STIA para mantener las fuentes de trabajo en este contexto? ¿Cómo acompañan al sector para evitar despidos? NINGUNO… sus pretensiones son claras: Si no trabajan en su turno habitual, exigen cobrar un 50% adicional según lo establecido en el convenio colectivo de trabajo.
El mercado internacional esta explotado. No hay ventas y el precio está a la baja. Todos deberán poner su mayor capacidad de creatividad a trabajar para salir de esta recesión, pero así no se puede muchachos.
De esta se sale TODOS JUNTOS, pero los dirigentes sindicales, deben estar a la altura de las circunstancias. EL STIA, una vez más, poniendo en evidencia practicas sindicales arcaicas que no han hecho más que fundir gigantes como HARENGUS, ALPESCA, BARILARI, ETC.
“Todos deben entender que hay que ceder y aportar… “nada” para sacar de esta caótica situación que aún puede ser peor si no se dispone de bajar pretensiones o mejor dicho no tenerlas”
