El objetivo del proyecto, que fue lanzado en Ecuador, remarcó la organización internacional en un comunicado, es “proteger los océanos y hacer frente a la crisis generada por la actual pandemia” del coronavirus, que ha golpeado también a las comunidades pesqueras artesanales de países en desarrollo.
El proyecto, añadió, busca la aplicación de un modelo de comercialización de pesca sostenible mediante la transformación digital, para la reactivación económica causada por la emergencia sanitaria del covid-19.
Asimismo, la incorporación de “bitácoras electrónicas”, la verificación de faenas pesqueras con vídeo y sistemas de posicionamiento global (gps), la validación de las licencias y registros de pesca y la aplicación de los llamados códigos digitales “QR”.
El proyecto fue anunciado en la ciudad portuaria y pesquera de Manta, en la provincia de Manabí, y forma parte de la conmemoración, este sábado, del Día Mundial de la Pesca.
La oficina en Ecuador de la WWF recordó que la población pesquera en el mundo representa el 10 por ciento del total de habitantes en el planeta y que la mayor parte de esa comunidad se encuentra en países del hemisferio sur.
Esa porción de la población pesquera trabaja, sobre todo, en faenas a pequeña escala, la que representa la mitad de las capturas totales en el mundo, añadió con base en datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO).
Ecuador es un país pesquero
WWF recordó que Ecuador es un país eminentemente pesquero y que su flota atunera es una de las más importantes del océano Pacífico Oriental, con una escuadra artesanal de 20.000 embarcaciones.
La WWF añadió en su informe que la crisis sanitaria del covid-19, en la provincia costera de Manabí, llegó a reportar una reducción del 30 por ciento en la capacidad de producción del sector pesquero de la jurisdicción.
Asimismo, remarcó que las políticas de desarrollo pesquero requieren un enfoque integrado que incluya estrategias innovadoras de acceso a mercados y mecanismos que permitan la protección de la salud de las comunidades pesqueras, sobre todo del coronavirus.
Proyecto
El proyecto, que se ejecutará en la localidad manabita de Puerto López, una insigne comunidad pesquera del país suramericano, cuenta con el apoyo de la Agencia de Cooperación Técnica Alemana GIZ y de los ministerios de Agricultura y Ambiente de Ecuador.
El proyecto piloto beneficiará a unos cuarenta socios de la Asociación de Pesca Artesanal de Puerto López y a sus familias, pero la experiencia podría ser replicada en otras partes, comentó Fernando Rey, oficial de Programa de Océanos y Pesquerías de WWF-Ecuador y técnico del proyecto.
“Tenemos la oportunidad de proponer un modelo que represente condiciones de trabajo más justas para el sector, mejore la calidad de información de monitoreo, use modelos de negocio que fomenten la integración y el desarrollo comunitario, reactive la economía y la haga más resiliente a situaciones adversas, fomente el consumo responsable y agreguen valor al producto“, agregó Rey.
“Podemos hacer las cosas mejor y queremos aprovechar para hacer que este sea un ejemplo regional del potencial que tiene el sector pesquero artesanal si se trabaja de manera conjunta y participativa”, apuntó el especialista.
De su lado, Manuel Reyes, presidente de la asociación y pescador de Puerto López destacó el proyecto y dijo que llega en uno de los momentos en que los pescadores artesanales más lo necesitaban, tras haber sufrido los efectos económicos negativos de la pandemia.
Pesca y pandemia
“El pescador vive del día a día, ese es nuestro sustento. Si el pescador para una semana no tiene qué comer y, si el pescador no sale a trabajar, el resto de la cadena no trabaja”, agregó Reyes.
Asimismo, dijo que durante la pandemia, “las personas se encerraron en sus casas por temor”, pero que, pese a ello, su asociación perdió a “muchos compañeros”.
“En la pesca artesanal es grave la situación, pero nosotros no nos podemos detener porque muchos dependen de nuestro trabajo”, apostilló el pescador ecuatoriano.
La WWF agregó que este emprendimiento generará una comunidad de pescadores “responsables con el medio ambiente, que apoyan la pesca legal, que respetan temporadas de veda, tallas mínimas, que conocen sobre la importancia de la salud de los océanos y la relación que tiene su salud con la de los mares”.
Además señaló que los productos que ellos extraigan “se reconocerán a través de un sello oficial, el cual se espera poder poco a poco ampliar a más cooperativas de pesca”.