Durante el fin de semana, varios camiones arribaron a la comuna de Camarones para introducirse en el puerto y esperar la carga de productos marinos para su posterior transporte y procesamiento en planta.
En pocos minutos, una extensa fila de rodados de gran porte se aglutinó a metros del pórtico de acceso a la localidad, y aguardaron su turno para pasar por el arco de desinfección, que actúa en la integridad de la carrocería como medida preventiva frente al coronavirus.
El arco es de 5.40 de altura y 4.30 de ancho. Y está sistematizado para facilitar la desinfección total de los rodados. En inmediaciones a la estructura de caño se instaló un tanque de 1500 litros y una bomba, que da el impulso necesario para que el sistema de riego cubra los laterales, las cubiertas, y las partes más bajas de la carrocería.
La estructura se emplazó apenas iniciadas las medidas más restrictivas obligadas por la pandemia del CoViD-19.
La circulación de camiones en la localidad es un eslabón más de la cadena productiva que genera la actividad pesquera. A esto se suma el movimiento indirecto que representa en otros sectores, como el gastronómico y hotelero, aunque estos últimos aún sostienen las restricciones.
“Camarones necesita un pilar de desarrollo económico, y ese será el mar”, dijo hace pocos días la intendente Claudia Loyola. Y afirmó que por fortuna, “hay buena voluntad de todos los sectores que intervienen en la pesca, que respetan con absoluta responsabilidad los protocolos de bioseguridad establecidos para una explotación marina segura”.