Un consorcio privado de capitales locales, encabezado por el empresario Martín Castillo, comenzó la construcción de tres muelles pesqueros y una terminal para que operen buques portacontenedores sobre la margen sur de la desembocadura del Río Chubut.
La inversión total ronda los US$ 50 millones e incluye en esta primera etapa el dragado para la remoción de aproximadamente 320.000 metros cúbicos del sedimento depositado en el estuario de la desembocadura, que se fue «tapando» por efecto de las mareas y el escaso declive que tiene el río Chubut aguas abajo del dique Florentino Ameghino.
El empresario Martín Castillo, uno de los dueños de Industrias Bass S.A. que lleva adelante la construcción, reveló a Télam que «asumimos este desafío con una importante empresa pesquera local, sin ningún tipo de aporte estatal, porque creemos que se puede conducir el puerto a mejores niveles de servicio en las operaciones, con la inversión de la misma actividad pesquera».
En Puerto Rawson operan de manera permanente más de 70 embarcaciones costeras (de las denominadas amarilla y artesanal) que pescan langostinos en el caladero próximo y representan uno de los principales polos de producción de esa especie en el país.
El valor extra de la especie langostino que se pesca en el noreste del Chubut es que en el mercado internacional se ofrece como «salvaje», en referencia a que su captura se produce en el hábitat natural de los ejemplares, y no en granjas de cautivo.
Inversión
La inversión portuaria impulsará además uno de los objetivos del sector pesquero, que es levantar la vara en la incidencia de aproximadamente el 0,5% en el PBI, siendo que su potencial es mucho mayor.
«El proyecto abarca la construcción de un parque industrial con todos los servicios necesarios, que permitirá agregar valor al producto dentro de la misma ciudad, con la instalación y modernización de plantas de procesamiento, lo que hará más eficientes las operaciones marítimas y terrestres», explicó Castillo.
El empresario anticipó que el objetivo «es lograr la exportación del producto desde el mismo puerto, en una tercera etapa en la que se dará acceso a barcos porta contenedores».
Muelles nuevos
Para ello deben construir un muelle recostado en la llamada «zona de abrigo» de la desembocadura, sobre la escollera sur del estuario -el menos aprovechado hasta ahora- y ofrecer un calado (profundidad) de por lo menos 7 metros en la zona de operación, para que puedan maniobrar los mega buques que navegan en la zona, que tienen una eslora cercana a los 150 metros.
Los muelles pesqueros serán bautizados como «Ingeniero Juan Granada» I, II y III en sentido correlativo desde el interior del puerto hacia la desembocadura, para completar el complejo con el «Muelle Ricardo del Valle», que será el muelle de ultramar.
La construcción del «Juan Granada I» ya concluyó la primera etapa con la colocación de los primeros 28 pilotes donde se asentará la estructura.
La estructura se instala con maquinaria adquirida en Alemania y Austria que es operada por conductores locales que fueron especialmente comisionados a Europa para adquirir, en la fábrica de origen, los conocimientos de manejo.
Se estima que una vez concluida la obra, Puerto Rawson puede vencer uno de sus principales defectos, que es la «estacionalidad», ya que por la capacidad operativa de la propia flota y el escaso calado que impide las maniobras, la temporada de pesca de mayor actividad se reduce a siete meses en el año y sólo cuando la marea alta lo permite.
Está previsto que cientos de marineros, conductores navales y maquinistas que trabajan a abordo de las embarcaciones, más los operarios de estiba y los que procesan en planta verán incrementada la demanda laboral de manera exponencial, a medida que se cristaliza la obra en todas sus etapas.