Cuando el COVID-19 llegó al sector, una sucesión de hechos comenzaron a generar pánico entre los actores del sector pesquero: retracción de la demanda, caída del precio y mucha incertidumbre.
La premisa parecía bastante clara: no asumir grandes riesgos y esperar que pase la tormenta.
Sin embargo, miembros de la Flota Amarilla (CAFACH) decidieron aprovechar las oportunidades que las crisis ofrecen y se organizaron para pescar “Anchoita”
La Anchoíta Patagónica tenía mala prensa: las piezas eran chicas y la carne tenía mucha grasa, manifestaban los compradores.
Lo cierto es que decidieron a avanzar igual. Los gremios tuvieron un rol fundamental, quienes acompañaron la idea y reestructuraron costos. Armaron y salieron a pescar.
A menos de dos meses de haber comenzado la zafra, atrás quedaron esos mitos. El Puerto de Rawson, lleva descargado más de la mitad de las capturas registradas a nivel país en el 2019. Los análisis de materia grasa dieron óptimos y las piezas por kg de Anchoa esta en los estándares internacionales.
Chubut lleva más de una década sin que se registren estos volúmenes de capturas y en el Puerto de Rawson hay mucha alegría: se generaron 300 puestos de trabajo directos en plena crisis consecuencia del coronavirus.
Dicen que la Anchoa llegó para quedarse, una nueva temporada que vendría a contrarrestar el largo invierno chubutense. Y con esta llegada, nuevos desafíos: el procesamiento local para generar más trabajo en tierra.
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